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domingo, 3 de noviembre de 2013

HISTORIAS

Quiero compartir con vosotros algunas experiencias, son historias viejas de otras personas, pero que me hacen reflexionar sobre cómo es el mundo a nuestro alrededor.

a) Borja
Un compañero de trabajo (le llamaremos Borja) comienza a salir con una chica y en sus salidas hacen cosas solos. Quiero decir, que en lugar de ir a una discoteca, a cenar o de copas donde podían encontrarse con más personas, sus actividades eran del tipo: ir a patinar a Retiro el sábado por la mañana, salir a pasear por la ciudad después de comer los fines de semana, salir de excursión, etc.

Un día estaban de compras. La chica se encuentra con un amigo y le presenta a Borja como un compañero del trabajo.
Tras varios días pidiendo explicaciones y no recibiendo nada a cambio, por fin la chica dice que no le ha dicho a nadie nada de la ruptura con su novio. Y que había dicho por ahí que está con él (con Borja) terminando un asunto muy urgente del trabajo, que por eso no se había dejado ver por unas semanas.

En este punto Borja cortó con la chica. Sus reflexiones fueron que salía con él pero que no le consideraba suficientemente digno (léase guapo, con dinero, de buena familia o lo que fiera –la chica era de familia con dinero) para salir con ella. Así que prefirió ahorrase la vergüenza y cortar por lo sano.
¿Lo veis? Aquí otra vez los complejos.
Y la actitud de la tía: no la entiendo.

b) D
Es la historia de un amigo muy cercano D., de mi edad al que hace muchos años que no veo. No sé si es virgen o no, pero en julio de 2003 era igual de virgen que yo: nada de nada, pero de nada, vamos que no había tenido ni una amiga.

En aquel verano D se puso a hacer un curso de verano porque había obtenido una beca, así el curso le salía gratis. En el curso conoció a C, una chica guapísima, comprensiva, inteligente… que se sentaba junto a él en clase. D me comentó que C le llamó en varias ocasiones para tomar una cerveza a eso de las 9 de la noche con otros compañeros del curso. Incluso una vez salió de copas con C, una amiga de C y otro compañero de clase, todo a iniciativa de C.
          Paréntesis: No os lo había comentado, pero D es sumamente inteligente.     Ha estudiado las carreras de Derecho y de Informática (que no tienen nada que ver), tiene un master en Bolsa y Mercados Financieros y está comenzando a estudiar Historia por la UNED. Ha trabajado muchas cosas muy bien pagadas que ha ido abandonando por su extraordinaria timidez, le cuesta mucho hablar con la gente. Según me cuentan, ahora ha montado una tienda de ordenadores donde vende y repara ordenadores. Él se encarga de las reparaciones, así no tiene que hablar con la gente y está más cómodo. Según me dicen le va muy bien.

En fin, que C le decía muchas veces a D que se vende muy barato, que debía aspirar a más, que vale mucho (yo estoy de acuerdo). En fin, que la compañía de C le sentaba muy bien a D, de hecho D nos decía que se había medio enamorado de C. ¿Medio? Sí, porque no quería enamorase del todo porque sabía que sería rechazado, pero que C le hacía sentir especial, como nadie lo había hecho nunca.
C era de otra ciudad y cuando se terminó el curso de verano, al parecer C insinuó a D que quería tener sexo con él. (No sé cómo hizo o si fueron imaginaciones de D porque no fue más explícito). D no sabía qué hacer ni cómo reaccionar así que fingió una bajada de azúcar y ahí se acabó todo.

Cuando D regresó todos le preguntamos que dónde tenía la cabeza. Nos dio que se le nubló el juicio, no podía pensar. Lo tenía ahí delante, no eran imaginaciones suyas. Tenía la oportunidad de hacerlo precisamente con quien más quería hacerlo de este mundo. Y le entró miedo. Miedo a ser rechazado porque no sabía ni siquiera besar, porque no estaba preparado y no tenía condones, porque ¿Y si no era lo suficientemente bueno y la decepcionaba y quería volver a hablar con él? La única solución era una bajada de azúcar así nadie podría culparle, sería un problema médico.
Decía que C le tenía en mucha estima (lo de que se vende barato, que podía aspirar a más, etc.) y que si se daba cuanta que no valía para nada en ese ámbito, quedaría totalmente decepcionada y se olvidaría de él.

Me parece muy fuerte fingir una bajada de azúcar, sobre todo porque la pobre chica no sabría qué hacer. Lo tendría todo preparado y de repente, zas, vaya sorpresa.
Yo nunca me he encontrado en esa tesitura. Pero me pregunto que en caso de haberlo estado ¿Cuál habría sido mi comportamiento? ¿Habría salido huyendo?

Seguro que no me habría inventado una bajada de azúcar, pero seguro que habría huido. Ya sé que es de cobardes, pero ES QUE NO SÉ HACER NADA.
Quiero decir, que hasta los niños de 13 años saben besar. Yo ni siquiera eso. Nunca he dado un beso. ¿Podéis comprenderlo?

1 comentario:

  1. Pues yo tampoco sabría como responder: ¿Y ahora que digo? ¿Que debo hacer? ¡Socorro! ¡Tierra trágame! Y quien sabe, quizá la chica también fuera virgen. Pero las normas son como son, ¡Vete a decirle a la chica que es la primera vez que te pasa esta situación! ¡Se supone que ya debes saber como actuar!

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