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domingo, 16 de marzo de 2014

BODAS

Es cierto que no he asistido a muchas bodas, pero nos guste o no, se trata de eventos sociales a los que tarde o temprano todos tenemos que asistir.

Se pueden dividir las bodas en dos tipos:
·         Bodas de familiares (hermanos, primos) y amigos

·         Bodas de compañeros de trabajo
De las primeras es imposible escaquearse; de las segundas sí que es posible, pero hay que tener a mano una buena excusa porque siempre se lo toman mal.

Pero sea como sea, las bodas están llenas de momentos de stress para mí.
a) Confirmar asistencia: SÍ

El primer momento de stress es cuando llega el momento de confirmar la asistencia y de responder a la pregunta de si vas a ir con compañía. En mi caso resulta una pregunta superflua. A ver con quién iba a ir yo.
b) Regalo: NO

Lo que respecta al regalo de boda se ha simplificado todo; ahora los novios sólo quieren dinero lo cual supone una doble victoria: para ellos porque se ahorran el encontrarse con 5 cafeteras, 3 vajillas, etc… y para los invitados que no tienen que romperse la cabeza pensando en qué comprar.
c) Traje: NO

¿El traje? Ningún problema, me pongo el traje de las bodas y listo. Es el mismo traje para todas y sólo me lo he puesto para bodas.
d) Momento justo antes de la boda: SÍ

Es el día de la boda y todo el mundo está contento, hablando, riendo, saludando a aquél pariente que no ven desde hace 5 años.
Yo suelo llegar justo cuando comienza la ceremonia para evitar tener que pasar el mal rato de hacer el esfuerzo de tener que hablar con alguien con quien no tengo nada en común. A la gente le es fácil hablar de cualquier chorrada; yo no sé qué decir.

e) Salida de la iglesia: SÍ
A la salida de la iglesia, se escuchan gritos, petardos, hay gente besándose, gente feliz. Los recién casados se encuentran en plena sesión fotográfica y los invitados están hablando entre sí.

La situación es la misma que cuando estoy en un cocktail de trabajo. La gente no para de hablar, pero yo no sé qué decir. Así que si a la boda asisten mis hermanos o algún amigo, me uno a ellos; pero en caso de que se case un compañero de trabajo; trato de desaparecer para hacer tiempo: voy al servicio a un bar cercano, hago una llamada telefónica… Es decir, me alejo del resto.
f) La comida: SÍ

Si a la comida están invitados mis hermanos o mis amigos, nos sentamos juntos y así, al menos la comida, es placentera y agradable.
Si la boda es de un compañero de trabajo me tengo que sentar al lado de quien me toque. Hasta ahora he ido a las bodas de 3 compañeros de trabajo y espero no tener que ir a más.

-      En la primera boda me tocó al lado de unos compañeros del colegio del novio (todo chicos) que se pasaron la tarde hablando de música en plan cultureta. Claro que hubo otros temas: el teatro del colegio, el viaje de esquí y no sé qué más. No sólo no conocía a estos chicos sino que no tenía ni idea de sus temas de conversación.

-      En la segunda boda me tocó sentarme en una mesa en la que eran todo parejitas salvo yo. No hubo conversación de mesa salvo en contadas ocasiones; sino que las parejas hablaban entre sí o con quien tenían a su lado. No hice ningún esfuerzo por hablar con nadie y gracias a dios, ellos tampoco. Así que, en esencia, hice la comida en silencio.

-      En la última boda de un compañero de trabajo me pusieron en una mesa con gente bastante mayor, otro chico y yo. El chico era bastante tímido, pero pudimos mantener conversaciones durante la comida.
g) Las copas, el baile y lo que sigue después: SÍ

Después de la comida vienen las copas, algo de baile en la sala en la que se desarrolla la comida para continuar en plan discoteca en otra sala del hotel o en un local al efecto.
Si es la boda de un compañero de trabajo, el trayecto a la otra sala del hotel o al local es el momento de desaparecer sin que nadie se de cuenta. Es lo que he hecho siempre.

Si es la boda de un familiar o de un amigo, también trato de escaquearme, aunque me toca quedarme un poco más. Aquí tengo que buscarme una buena excusa como: he bebido demasiado y me encuentro mal, o he comido demasiado y me duele la tripa…
En fin, todo para evitar hablar con los demás. Y lo de bailar es aún peor porque no tengo ni idea de baile.

Atención porque en estos momentos, cuando te ven que te vas, todo el mundo te pregunta dónde vas, si te pasa algo… y los más impertinentes me preguntan que cuando me toca a mí, que ya va siendo hora…
En síntesis: si bien las bodas son para muchas personas sinónimo de alegría y pasarlo bien, para mí son una fuente más de stress que intento evitar.

TEORÍA DE LOS APARTAMENTOS

Nuevamente volvemos a la teoría de los apartamentos de mi amigo Enrique. La verdad es que su teoría podría denominarse perfectamente Teoría de Mercado porque al fin y al cabo describe lo que pasa en un mercado en el que hay mucha demanda (de inquilinos) y poca oferta (de pisos decentes) por lo que los precios suben y suben. El nombre viene de que precisamente en este sector es dónde más duro experimentó las leyes de la oferta y la demanda.

Pero veamos si lo que ocurre en el mercado de los apartamentos es aplicable a los que ocurre en el “Mercado de las parejas”.
1. IDEA

a) Apartamento

Queremos un apartamento que sea: (a) bonito, bien iluminado, con decoración moderna, (b) bien comunicado, que no  esté lejos del trabajo ni de la casa de los amigos, (c) buena zona, al menos no conflictiva, buenos vecinos que no hagan ruido, lejos de bares y discotecas; (d) que el ayuntamiento me preste todos los servicios; (e) el super a la puerta de casa.
b) Novio

Pepita se propone encontrar novio. En su mente ya tiene su idea del chico perfecto: (a) guapo, que vista bien y si es posible, que sea deportista; (b) universitario y con trabajo fijo; (c) que sea divertido y sepa bailar;…

2. BÚSQUEDA
a) Apartamento

Nos ponemos en contacto con nuestros amigos por si alguno sabe de alguien que alquile, vamos a los anuncios del periódico y acudimos a una inmobiliaria.
b) Novio

Pepita se pone en contacto con sus amigas por si conocen a algún chico mono que le puedan presentar, acude más a menudo a bares y discotecas y se apunta a páginas estilo BADOO.
3. ¿EN QUÉ SE FIJAN PRIMERO? LOS DESCARTES

a) Apartamento
- Un amigo me ha dicho que tiene un compañero de trabajo que alquila un apartamento. Le he preguntado si tiene alguna foto, no vaya a ser que sea un cuchitril.

- Bueno, no tengo más remedio que acudir a una inmobiliaria. Me han enseñado fotos de varios apartamentos que me gustan; tengo que verlos, no vaya a ser que...
b) Novio

- Una amiga le ha dicho a Pepita que tiene un compañero de trabajo que está soltero y que es mono, aunque Pepita no se fía. Le ha preguntado a su amiga si tiene alguna foto del chico o si pueden cotillear su Facebook.
- Bueno, Pepita no tiene más remedio que acudir a BADOO o a esas otras páginas de pago. Sus amigas no conocen a ningún tío soltero  y en la discoteca sólo se le acercan babosos. En BADOO ha visto las fotos de un par de tíos monos; tiene que verlos.


è En esta fase previa quienes no somos precisamente atractivos ya hemos sido descartados.

Como ha quedado claro, lo primero son las fotos, lo primero es la apariencia.

4. CONOCERSE
a) Apartamento

Compruebo que efectivamente, era el mismo apartamento que me han enseñado en la foto.
Pero ahora puedo hacer algo más: ver cómo son los vecinos, ver la zona: si tiene colegios y supermercados cerca, si es una zona ruidosa, etc…

b) Novio
Pepita quiere asegurarse que el chico que ha visto en la foto es realmente el chico del que sólo ha visto una foto, no vaya a ser que esa fuera una foto antigua y ahora tenga 10 años más y sea completamente calvo.

Pero ahora puede ver mucho más de si es guapo y si viste bien. Ya que están en contacto directo, pueden conversar sobre diversos temas (y así ver si el tío es inteligente) y preguntarle por su trabajo. Enseguida se dará cuenta de si el chico es divertido o es un soso; saldrán a bailar…
5. COMPARAR Y ELEGIR

a) Apartamento
Repetimos el proceso descrito en el punto 4 con varios apartamentos. En  nuestra mente ya tenemos una idea de los 2 ó 3 apartamentos que más nos gustan y no sabemos decidirnos.

-      Quizá sea una cuestión del precio. Tenemos que ir al banco a ver si podemos permitírnoslo

-      O quizá sea que está un poco lejos de nuestro lugar del trabajo. ¿Estaríamos dispuestos a levantarnos 20 minutos antes?
Una vez comparados los distintos apartamentos y resueltas todas las dudas, decidimos: ÉSTE.

b) Novio
Pepita ha conocido a distintos chicos unos más divertidos que otros. Pero aquel chico que era un poquito más soso, resulta que era muy cariñoso y con un trabajo mejor remunerado que los demás, aunque no sabe bailar.

Otro chico, alegre y bailarían como el que más, no tiene estudios universitarios y su trabajo es un poco rutinario.
Finalmente, un tercer chico es ingeniero informático, por lo que es inteligente. También es divertido y le gusta bailar!!! Pero le gusta vestir un poco más casual que al resto de pretendientes.

Pepita tendrá que decidirse ¿Qué es realmente lo importante para Pepita?

--Otra cosa en la que no entro es que el chico en cuestión también quiera estar con pepita, pero eso ya es otra cosa.


LECCIÓN:

No dudo ni por un segundo que las mujeres busquen en un hombre cualidades distintas del atractivo físico: si es inteligente, cariñoso, divertido, comprometido con diversas causas…
Pero lo que está claro es que ANTES de comprobar si el chico en cuestión tiene esas cualidades, el chico ha tenido que pasar por un filtro de manera inexorable: su nivel de atractivo: sólo si es atractivo, las mujeres buscan más allá. En caso contrario, queda eliminado.

Evidentemente, como toda regla general, puede tener sus excepciones.

INFRAVALORARSE

Desde finales de enero lleva viviendo conmigo un compañero de trabajo hasta que terminen las obras en su piso; por lo que me dice se mudará en una semana.

Su compañía me ha venido bien. Es un chico interesante con el que se puede hablar de los más diversos temas, le gusta hacer cosas los fines de semana (y me ha incluido en sus planes) y conoce a muchas chicas que han venido a casa a cenar o a comer algún domingo.
Aquí os voy a contar la conversación que mantuvimos durante una cena con Gloria, una amiga de Toño.

[Siento deciros esto, pero es una cuestión que suele ocurrirme a menudo. Cuando estoy con algún amigo y viene una mujer que no me conoce, inevitablemente mi amigo le cuenta a la mujer que estoy sólo y que no sabe por qué. La mujer también suele decir que no sabe porqué, concluyendo que será “porque no salgo bastante”. Es mucho más evidente que eso. Basta mirar lo gordo que estoy, pero claro, entra en juego la corrección política y hay que buscar otras excusas.]
Toño contó cómo su primer trabajo fue en una fábrica de currito en el turno de noche. Pasaba un hambre infernal. Al llegar a casa quería comer algo rápido y que le satisficiera y encontró la solución: los fritos. Llenaba el congelador de calamares a la romana, san jacobos, patatas fritas, hamburguesas… y al llegar a casa cogía la freidora y al ataque. Engordó unos cuantos kilos, no sabe cuántos pero dice que se le notaba en la cara y en la barriga.

Su vida seguía normalmente: salir con los amigos, a la discoteca a ligar, etc. Aquí comenzó el problema: seguía ligando igual, pero no estaba a gusto con las chicas y era él quien las decía que no porque se sentía incómodo con su cuerpo. Después de ese “no”, se prometía bajar de peso para poder decir “sí”. Sin embargo, continuaba haciendo lo mismo de siempre por lo que cada vez se sentía peor.
Hoy está delgado. La solución pasó por abandonar ese trabajo. Todo volvió a la normalidad, aunque por lo que me cuenta, tampoco había engordado demasiado. Lo interesante es que un cambio corporal como es el engordar, quizá 5 kilos, disminuyó la autoconfianza de Toño para con las chicas.

Todo esto para deciros que Toño sabía cómo me sentía y por qué no salgo con chicas.
Pero ahora viene Gloria que comienza formulándome una pregunta sencilla. ¿Cómo te gustan las chicas? ¿Con qué clase de chica te gustaría estar?

Nunca me habían preguntado algo así y mira que es fácil la pregunta, aunque no sea fácil la respuesta. Pues me gustan guapas, alegres, positivas, cariñosas…
Luego me pregunta que ese tipo de chicas dónde están. ¿En un convento o en una discoteca? ¿En una biblioteca o en un bar de copas? ¿en clase de spinning o en un concurso de comer pasteles? Yo intenté escaparme diciendo que cada una estaría haciendo algo distinto, que todas no van a un mismo sitio a la vez.

Su intención era decirme que si sabía que las chicas que me gustaban estaban en un sitio ¿Porqué no iba yo también a ese sitio para intentar conocerlas? Pero ante mi respuesta me dijo ¿Y entonces cómo piensas conocerlas?
Le dije que estaba en un momento de mi vida en el que ya no buscaba a la clase de chicas que me gustan. Que si aparece una mujer, bien, pero si no, que ya he hecho mi vida sin ninguna mujer, que no pasa nada.

A Gloria esto no le entraba en la cabeza:

-      Primero: está claro que me gustan las mujeres, pero no “en general” (una mujer bruta u ordinaria no me gusta), sino un determinado tipo de mujer: cariñosas, guapas, positivas…

-      Segundo: no hago nada por conocer a una de las chicas que me gustan. (Tampoco hago nada por conocer a ninguna de las otras).

-      Tercero: Dejo al azar la mujer que si me toca la lotería, pasará conmigo el resto de su vida. Esta puede que no sea cariñosa, ni positiva, ni guapa. Me conformaría con lo que fuera.

Y ahora Gloria saca su conclusión: me infravaloro. Toño y Gloria mencionaron un montón de cualidades que creen que tengo. Lo cierto es que no sé si las tengo o si fueron un montón de adjetivos que simplemente salieron de sus cabezas. Y dijeron que yo valía más, que valía mucho y que todo ese valor que tengo yo lo disminuyo en  mi cabeza restándome valor por mi aspecto físico.
Pues bien: que si ese es mi problema (que estoy gordo) que lo arregle, es muy sencillo: dieta y ejercicio. Pero que no piense que adelgazando se van a ir todos mis problemas, que mi problema (o uno de ellos) es que me infravaloro. Y que si yo no me valoro como es debido, los demás mucho menos. Que ese es el motivo y no otro de que no encuentre novia.

Toño está de acuerdo.
En fin, una conversación interesante. Cuando tenga tiempo os completaré la Teoría de mi amigo Enrique.