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lunes, 9 de diciembre de 2013

PADRES SOBREPROTECTORES

Uno de los patrones que seguían los hombres con timidez amorosa, de acuerdo con Gilmartin era que teníamos unos padres sobreprotectores.

En mi caso es verdad, siempre tenía una malla donde caer para no hacerme daño, siempre tenía a mis padres que me solucionaban los problemas.
1. AMIGOS

En la infancia no tuve que hacer amigos; mi madre los hizo por mí.
Ahora en serio. Mi primer amigo fue un niño que iba a mi colegio, pero yo ya le conocía de antes porque su abuela vivía en el bloque contiguo. Antes de ir por primera vez al colegio mi madre ya se había encargado de que nos conociéramos, de que jugáramos juntos, etc.

Según avanzaban los cursos hasta 5º de EGB ocurría algo parecido. Después del colegio mi madre nos solía llevar al parque a merendar y jugar. Allí quedaba con otras madres que también llevaban allí a sus hijos y mientras nosotros estábamos a lo nuestro, ellas podían hablar un poco. Los amigos que hice a esas edades eran los hijos de esas madres (niños que iban a mi clase, claro).
2. LLORAR

Mi forma de solucionar los asuntos cuando era pequeño era llorando porque sabía que mis padres solucionarían mis problemas.
Recuerdo que a la salida del colegio siempre quería que me compraran un Tigretón. Mi madre decía que no, pero me ponía a llorar y problema solucionado. Después ya en mi época del instituto o de la universidad, no hacía falta llorar, mi madre se anticipaba y tenía la casa llena de pastelitos, brazos de gitano, Coca Colas, etc;

Cuando tenía 4 años me quitaron un anillo en el cole y en vez de decírselo a la profesora o enfrentarme al niño, les fui a llorar a mis padres que se encargaron de que me devolvieran el anillo.
Con 10 años el director del colegio me acusó junto a otros compañeros de haber roto el grifo de una fuente del colegio. Le dije al director que yo no había sido sin saber cómo defenderme. Él me castigó y tuvieron que ir mis padres a defenderme.

En realidad este tipo de situaciones en las que no me enfrentaba a nada, sino que dejaba que fueran mis padres los que lo hicieran por mí, eran bastante comunes.
3. JUGUETES

Mi madre me tuvo que comprar varias pistolas de pistones porque las perdía, me las dejaba en algún sitio o me las quitaban. Por lo visto, no paraba de llorar hasta tener una.
En Reyes siempre tenía los juguetes que quería cuando era pequeño. Mis primos me tenían una envidia… Luego al tener más hermanos, ya no pudo ser.

4. ESTUDIOS
Cuando era pequeño, los trabajos manuales que me mandaban en clase me los hacía mi padre porque yo no me creía capaz. Ni siquiera lo intentaba.

A la hora de hacer la tarea en seguida me daba por vencido sin mirar antes si quiera los ejemplos o la teoría. Entonces pedía ayuda a mis padres los cuales se pasaban toda la tarde conmigo intentando resolver (ellos) los problemas. Recuerdo que mis padres compraron diversas enciclopedias, pero los únicos que las consultaban eran ellos PARA HACERME LA TAREA!
En el Instituto como veía que no sabía ni por dónde empezar a hacer la tarea, me pusieron un tutor de matemáticas. La realidad es que ni había tomado apuntes ni me había estudiado el libro ¿Cómo iba a saber cómo empezar? En la universidad, por el contrario, sí que estudié y siempre supe cómo enfrentarme a un supuesto práctico (fuera correcta o no mi solución, pero el caso es que sí que sabía cómo comenzar y seguir porque había estudiado).

5. HORAS DE LLEGAR A CASA
Cuando era un adolescente, la hora de llegar a casa los fines de semana eran las 22.00. Para mí no era un problema porque salía a las 19.00 – 19.30 para ir a jugar a las maquinitas, hablar un poco y vuelta a casa.

Recuerdo que con 16 años un día llegué a casa a la hora de desayunar. Eran las fiestas de la ciudad y todo el mundo estaba por ahí. A nuestro grupito se nos habían juntado (sólo por ese día) unas chicas que iban a la clase de uno de mis amigos. Si ellas se quedaban, nosotros también. Además, nunca teníamos compañía femenina, así que había que aprovechar. Cuando llegué a casa, vaya bronca que me llevé.
Esa regla de a las 22.00 en casa se fue relajando con el tiempo.

6. DINERO
Siempre he recibido el apoyo de mis padres, pero teniendo en cuenta que en casa éramos muchos y que éramos de clase media.

Había cosas para las que el dinero estaba garantizado a pesar de ser muchos. Por ejemplo, me compraban libros nuevos cada curso, cuando había niños que se los tenían que comprar usados a los niños que iban un curso por delante.
Eso ocurría, en general con todo lo relativo al colegio. Si necesitaba pinturas y estuches… me lo compraban.

Para otras cosas ya no nos podían dar el dinero que pidiéramos. Por ejemplo, cuando estaba en el Instituto, a mis compañeros les daban la paga, a mí no me la podían dar.
Como teníamos horario sólo de mañana, mi tío me buscó trabajo como ayudante de tornero: sólo tenía que lijar barnizar, barrer, ese tipo de cosas. El sueldo era mísero, pero se lo daba a mis padres y ellos comenzaron a darme 1.000 pesetas a la semana para que me supiera administrar.

Después cuando fui a la universidad sólo trabajé 2 veranos. Entonces tampoco tuve que buscar trabajo, me lo dio el padre de un amigo que trabajaba de albañil haciendo cocinas y su hijo (mi amigo) le echaba una mano durante el verano. Le dijo a mis padres que no le vendría mal una mano más (baratita, por supuesto) y mis padres me lo propusieron. Me tocó ayudar a picar, pintar, bajar sacos de escombros por la escalera (había obras en que no había ascensor), esas cosas. Cobré poco, pero con eso tuve para hacer alguna cosa extra y tener algo (muy poco) ahorrado.
Por tanto, las primeras veces que trabajé, no tuve que buscar trabajo, sino que me ya me habían buscado trabajo otros.

Cuando me fui a Inglaterra a aprender inglés mis padres me dieron el dinero, y era una pasta.

Conclusión: Sí, estuve sobreprotegido.

5 comentarios:

  1. ¿Sobreprotegido?, de los fallos se aprende. Yo mismo, como muchos, me he llevado palos en la vida (chica que te gusta te manda a la mierda porque te dice que eres feo, te pegas con un amigo a puñetazos, te vacila toda la clase por alguna cosa graciosa que te ha ocurrido, estás borracho con 16 años y te tienes que ir a casa,...), los padres están ahí siempre para protegerte, pero deben darte margen para que también seas capaz de enfrentarte a las cosas. Lo que han provocado es que inconscientemente pienses que las cosas vienen hechas, que si tú no pones empeño ya habrá alguien que lo solucionará.

    He leído algunas de las entradas de tu blog y lo único que veo es autocompasión, y lo siento por decírtelo de una manera tan cruda.

    No puedes ni imaginar la pila de veces que la he cagado, que me ha salido algo mal, que he tenido que rectificar,..., y gracias a ello hoy en día he aprendido muchísimas cosas. ¿Virgen a los 40?, sal un día e intenta a hacer lo que nunca harías (dentro de unos límites éticos :P), pregúntate "¿qué puedo perder?"

    Y te lo dice un informático normal de 28 años, trabajando en Madrid a más de 400 km de su familia que hace deporte, que es un friki de los juegos, series y películas y que sale y viaja cuando puede. ¿Que si he hecho el ridículo alguna vez?, demasiadas, y no me arrepiento de ninguna de ellas.

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  2. http://www.youtube.com/watch?v=AU_PS1Ok4PE

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    1. Lo del tío de 45 años virgen es bestial. Da risa, pero dice muchas verdades.
      Gracias de nuevo.

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  3. Que ironia. Mi vida es horrible porque mis padres nunca me protegieron, crecí de golpe, y a pesar de mi exito en las relaciones afectivas mi vida es caótica y triste. Debo abalar tu teoría. Jamás me faltó pareja. Quizas sea cuestion de supervivencia.

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