Translate

Mostrando entradas con la etiqueta Jane. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Jane. Mostrar todas las entradas

miércoles, 6 de noviembre de 2013

JANE II

3. RESPUESTA A LOS COMENTARIOS GENERALES

Es posible que mi imagen de ser una persona abierta, habladora, amable y que siempre estaba rodeado de gente se debiera a que al principio entre los compañeros de clase yo era el único que hablaba inglés con soltura (a decir verdad, Jane y yo éramos los únicos que teníamos soltura). Aclaro que el curso al que íbamos era un curso de inglés técnico, no inglés general. Por eso en el mismo estábamos personas con mayor o menor grado de soltura. Como a la gente le costaba arrancar y expresar cualquier cosa en inglés, yo era de los que más hablaba, pero aclaro: no era porque fuera muy hablador, sino porque me costaba menos expresarme que a los demás. Ahora que recuerdo, es cierto que siempre estaba con gente: supongo que les gustaría estar con alguien que hable, que participe y no con alguien que es un mero espectador. Y en esos momentos, yo era el que más hablaba.
Las horas que pasábamos solos al finalizar las visitas guiadas: Es gracioso porque dicho así parece como si se tratara de paseos románticos. Lo que yo sentía era más bien distinto. Estaba solo con Jane y yo, debido a mi timidez, esperaba que se uniera alguien más a nosotros, así alguien más se encargaría de dirigir la conversación y yo me podría relajar. Pero estábamos solos y yo me ponía muy tenso, pensando en qué decir a continuación.

Jane dice que cuando hablaba con ella la sonreía. Bueno, esa “sonrisa” era una sonrisa de no saber qué decir. Cuando no sabía qué decir, simplemente ponía esa sonrisa de tonto esperando que se me ocurriera algo o que se la ocurriera algo a Jane. Era un automatismo y tenía que ver con mi timidez.
Yo no sé si la consideraba una amiga. Es una palabra que se utiliza con demasiada ligereza. Nos conocíamos, nos caíamos bien y pasábamos muchos tiempo juntos (con más personas). Me hacía sentir bien y de todo el grupo era con quien más me gustaba hablar porque tenía mucha soltura con el inglés y era la única persona de mi edad de toda la clase. El resto eran mayores o gente que estaba estudiando en la universidad y aprovechaba las vacaciones para aprender inglés económico-financiero y/o jurídico (hice los 2).

La segunda fase la reconozco perfectamente porque otros compañeros me dijeron que ya no hablaba tanto. ¿Qué ocurrió? Que después de un tiempo la gente comenzó a soltarse un poco con el idioma, ya no les costaba tanto expresarse y salió el “yo” de cada uno: el que era hablador hablaba más y el que era tímido hablaba menos. Fue eso simple y llanamente.
Dice que ya no sonreía tanto. ¿Recordáis lo que os he acabo de decir? Mi sonrisa era un automatismo cuando estaba nervioso esperando encontrar qué decir o que la otra persona dijera algo. Aquí ya no era necesaria esa sonrisa porque si yo no hablaba, alguien más en el grupo lo hacía, por lo que la sonrisa ya no salía, el automatismo cesaba y mi expresión era más neutral.

¿Me había enfadado con ella? No, no tenía ningún motivo y me siento muy mal al pensar que se sintió así por mi culpa. No me puedo creer que haya generado ese tipo de sentimientos en una persona a la que aprecio simplemente por ser una persona torpe socialmente que no sabe expresarse. ¿Habré podido arruinar posibles amistades por cosas como esta de las que no he sido consciente?
Cuando hubo pasado un tiempo desde que Jane dejara de venir con nosotros, no es que me enfadara, pero sí que me preguntaba por qué ya no venía ya con nosotros y me generaba tristeza.

Finalmente, el día de mi despedida fue muy esclarecedor para mí:
-          Me sentí muy mal cuando no quiso despedirse. Sabía de sobra que lo de estar enferma era mentira, pero pensé que habría dicho algo y la habría cagado.

-          Luego pensé que debería escribirle un email pidiendo disculpas si la había ofendido.

-          Pero pensé que ese email la enfadaría y no lo leería, por lo que nunca la escribí.

4. RESPUESTA A COMENTARIOS MÁS PARTICULARES
Comprendo que esté asombrada por lo que cuento, si tenemos en cuenta que la imagen que tenía de mí era la de  una persona habladora, abierta, rodeada de gente… cuando la realidad es que soy una persona bastante tímida. Soy callado cuando me encuentro con 3 o más personas. Cuando estoy con una o dos personas la verdad es que me suelto bastante.

Respecto a que me he rodeado de gente virgen y que eso ha hecho que me parezca a ellos, es posible que tenga parte de razón. Lo semejante atrae a lo semejante. Por eso siendo virgen conozco a tantos vírgenes cuando para otras personas, alguien virgen es algo impensable a estas edades, no conocen a nadie así. Quizá tenga un punto de razón, no lo sé.
Que Jane sepa que soy virgen me produce un poco de mal cuerpo, sobre todo porque recuerdo perfectamente haberla dicho (aunque no sé si ella se acordará) que había estado con varias chicas. Era mentira, pero decir a alguien que eres virgen es una conversación que prefieres evitar por vergüenza, por no saber qué explicaciones dar… así que mentí. Es una sorpresa muy grata para mí esta actitud de Jane al respecto.

¿Doy mucha importancia a la virginidad? No lo sé. Mis entradas pretenden explicar una situación: que yo tengo más de 40 años y soy virgen y que no soy el único, hay muchos más; pero que tratarnos de ocultarlo por vergüenza y por temor al desprecio de los demás.
Y lo de volver a hablar por email y quizá finalmente utilizar Skype, es algo que me encantaría. Jane es una persona a la que he echado mucho de menos. Quizá cuando más la eché de menos era cuando estábamos en Inglaterra y Jane dejó de venir con los de clase, pero en estos (muchos) años que han pasado, he pensado en ella en muchas ocasiones.

Después de leer el blog ahora me comprende un poquito mejor y se ha dado cuenta de que no estaba enfadado con ella, simplemente, era mi forma de ser. Era mi timidez que domina todos los ámbitos de mi vida y que impide que me ocurran tantas cosas buenas. Por eso quiere volver a conocerme, a conocerme de verdad.
Yo acepto su ofrecimiento y le estaré eternamente agradecido por esta nueva oportunidad. Aunque ¿sabéis? Hasta ahora sólo le he mandado un mensaje, agradeciéndole su email y la amistad que me brinda. Han pasado varios meses y solo la he dicho eso. No sé a qué estoy esperando, pero algo me paraliza cuando intento escribir algo. Escribo y borro, escribo y borro, escribo y me digo que ya lo intentaré otro día.

JANE I

Hoy quiero compartir algo distinto. Se trata de un email que recibí a principios de julio de una excompañera de clase de inglés. Es danesa y se llama Jane. Tenía mi dirección de correo electrónico personal desde que estudiamos juntos, pero nunca nos habíamos cruzado unas líneas.

Se trata de un email muy personal y muy largo, un archivo de Word de 11 páginas en inglés. Está claro que lo ha escrito reflexionando muy bien lo que dice. Alguna de sus percepciones sobre mí me resultan absolutamente extrañas, como si las mismas se refirieran a otra persona.
Jane me cuenta que se ha leído el blog de cabo a rabo con el traductor de google y que la ha puesto muy triste y que ahora se explica algunas cosas sobre mí.

1. COMENTARIOS GENERALES
Su primera impresión sobre mí fue muy positiva. Según ella, daba la imagen de ser una persona muy abierta y que se relacionaba muy bien con los demás. Una persona habladora, amable y que siempre estaba rodeado de gente.

Con Jane fui a varias de excursiones al principio de conocernos: Londres, Leeds Castle, Oxford y otra que no recordamos ninguno de los 2. Después de la visita guiada, siempre teníamos un par de horas o 3 para hacer compras, ver la ciudad, pasear, tomar un helado o lo que nos apeteciera. Salvo la excursión a Leeds Castle a la que fuimos con más personas de clase, al resto fuimos con personas a las que no conocíamos y ese tiempo libre lo pasamos juntos.
Me consideraba un verdadero amigo y me dice que “me echaba de menos” aunque nos hubiéramos visto por la mañana en clase y que estaba impaciente para que llegaran las 8 porque era la hora en la que solíamos quedar junto con otros compañeros de clase para salir y tomar algo: una cerveza, fish & chips… lo que fuera. (Añado aquí, por si alguien piensa otra cosa, que en aquel entonces Jane ya nos había dicho a todos que tenía novio, bueno dicho y enseñado fotos…)

Luego me cuenta que hubo una segunda fase. En esta fase, me comenta que ya no hablaba tanto y que ya no sonreía tanto cuando hablaba con ella sino que tenía una expresión más neutral. También dijo que pensaba que me había enfadado con ella y que lo pasaba mal por las tardes pensando en eso. Y que si al principio me “echaba de menos” y tenía ganas de verme a diario, en esta fase el mero pensamiento de que fuéramos a vernos le causaba cierta sensación rara en el estómago porque no sabía a qué atenerse conmigo. Pensaba que me había enfadado con ella y que mi nuevo lenguaje corporal, unido a que ya no hablaba tanto con ella, era una forma de expresar mi enfado. Debido a esos sentimientos dejó de venir tan a menudo con el grupo de clase y comenzó a salir con el grupo de amigos de su compañera de habitación.
Ella atribuye este cambio en mi comportamiento a que  un día en vez de quedar con los de clase como hacíamos a diario, se fue al teatro con otras personas.

Finalmente, me ha confesado que mi último día allí fingió estar enferma para no verme y no despedirse porque tenía emociones contradictorias al respecto. Por un lado me tenía mucho cariño, pero por otro tenía ganas de darme un puñetazo por idiota. Habíamos perdido tanto tiempo sin hablarnos y a partir de entonces quién sabe si volveríamos a mantener el contacto.
2. COMENTARIOS MÁS PARTICULARES

Está asombrada por lo que cuento, dice que no me reconoce, que no cree que pueda tener tantas dificultades para estar con chicas y que la imagen que tenía de mí era que tenía facilidad para hablar y quedar con chicas. Que le resulta increíble que sea virgen y que nunca me ha considerado una persona tímida sino abierta.
Luego me dice que menciono a muchos chicos que conozco que también son vírgenes. Piensa que quizá al haberme rodeado de ellos eso ha hecho que me parezca a ellos. Es decir, si ellos creen que no pueden, yo, por imitación, también creo que no puedo, y por tanto no lo intento.

Que ahora ella también sabe que soy virgen y que no por ello siente desprecio por mí ni me considera inferior y que sus sentimientos son de extrañeza y con ganas de indagar más, pero que no se considera quién para preguntarme sobre mi vida personal aunque le interesa lo que pueda compartir con ella.
Que hoy mucha importancia a la virginidad con mis entradas sobre a cuantos vírgenes conoces o si la gente puede creer que exista gente virgen mayor de 30 años. Que ella cuando está lejos de su marido no piensa en el sexo, sino que lo que echa de menos es una caricia en el brazo, en el beso al llegar a casa, en una mirada cómplice cuando están con un grupo de amigos. Que busque amor y que no me preocupe por el sexo.

Me ha dicho que si estoy dispuesto, podríamos comenzar a volver a hablar por email. Y que si vemos que va bien y me siento solo los fines de semana, podríamos hablar por Skype, así nos veríamos aunque fuera a través de una pantalla y me sentiría menos solo.