Pensé en poner
estos párrafos al final de la anterior entrada a modo de letra c). También pensé en no escribir al respecto, al fin y al
cabo tiene más que ver con la obesidad que con la extrema timidez o de la falta
de relaciones con mujeres. Pero reflexionando un poco, creo que lo más acertado
sería escribir una entrada completa.
Os resumo el
asunto: A Daniel, un compañero de clase extraordinariamente trabajador,
brillante en sus calificaciones, siempre atento con los demás y con muchas
ganas de trabajar no le contratan por ser gordo.
No veo a Daniel
probablemente desde 1998 ó 1999, pero cuando compartió su historia conmigo me
enfurecí bastante. Claro, tocaba fibra sensible, yo también estaba gordo,
aunque es posible que algo menos que Daniel.
Así comienza la
historia: Daniel tenía un curriculum impresionante: buenas notas, hablaba
inglés, dominaba la informática (no sólo Windows, Office… el tío hacía sus
pinitos programando) y quería trabajar en algo antes de comenzar a prestar el
servicio militar.
Algún conocido le
dijo que en la asesoría donde trabajaba su hermana estaban buscando a alguien
para el verano en plan becario. Era lo que le convenía a Daniel, así que miró a
ver si estaba a tiempo de solicitar una entrevista y una vez le dijeron que sí,
se preparó y acudió a la entrevista.
Decepción: la
entrevistadora le dijo a la cara que no cumplía los requisitos necesarios
(¿para ver becario?) vamos, que no tenía buena presencia. Daniel dijo que
llevaba un traje nuevo, el pelo recién cortado y estaba bien aseado, que no
entendía nada (aunque en el fondo sí que lo entendía todo).
La entrevistadora
le dijo en tono maternal (y esto es como el rintintín, un tonillo imposible de
aguantar) que trabajan con clientes y que si ven a alguien con su aspecto
pensarán que está perdiendo el tiempo y no trabajando en su asunto.
Que conocen
su valía, pero que su trabajo es cara al público, por lo que están buscando a
personas con otro perfil. Y se quedó tan ancha.
Simple y llanamente le había dicho que
gordo = vago
Daniel = gordo
Por tanto:
Daniel = vago
Y todo esto
teniendo delante sus calificaciones, su curriculum. De nada sirve, si quien
tenemos delante te quiere discriminar.
¿Qué pasó? ¿Daniel
adelgazó? ¿Los demandó ante los tribunales…?
No pasó nada,
salvo que Daniel se cogió una depresión.
¿Adelgazó? Hasta
donde yo sé, no. Quizá hoy esté hecho un figurín, no lo sé.
¿Demandó a la
empresa por discriminación? No porque las empresas pueden discriminarte si
quieren, cogen a quien quieren que para eso son ellas las que pagan. Si te
sientes discriminado siempre pueden inventarse alguna tontería por la que
valorarían más el expediente del tío de al lado. En fin ¿De qué habría servido?
Pero quedó algo y
no fue algo positivo: resquemor. Y lo que es peor, yo no conozco de nada a esa
entrevistadora, pero me hierven las tripas cuando pienso en esto.No sé, si yo hubiera sido la entrevistadora y la hubiera tenido contra los gordos, habría terminado la entrevista como cualquier otra. Y después habría mandado la correspondiente carta que dice que "Lamentablemente …. No obstante, mantendremos sus datos durante un año por si en el futuro…" El resultado habría sido el mismo, y no habría hecho sufrir gratuitamente a una persona valiosísima.
De verdad que me parece increíble que existan personas así.
Siempre que pienso en esto me pongo de mal humor.
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